No se predice, no se percibe, no se anticipa, no se prevé. Es así, simplemente, un cauce que fluye, que se deja fluir, que no se entorpece.
Una música a lo lejos, que el paso del tiempo la agudiza. Entra en tus oídos, recorre tu cuerpo y adormece cada rincón. Su ritmo, su melodía, su significado. El propio.
Un silencio que no perturba y unas palabras que no sobran, la luz tenue, apenas los rostros se vislumbran, pero los ojos brillan, se ven… y hablan.
La piel no se roza, la distancia se mantiene. La música sigue subiendo y los ojos siguen hablando, las palabras que existen y las que se callan, las que se escuchan y las que se saben oír. Un todo. Un no-pensar. Un dejar fluir. Y el ambiente es tranquilo y cálido, el aire se transporta de un uno al otro sin emborracharlos, sólo los adormece, los recubre, acaricia y deja. Y la música sigue.
El humo provoca la sensación de complicidad, los vasos permiten las confidencias; las risas provocan el entendimiento… Los ojos hablan otro idioma.
the first song
-
Y quien puede decir
que te ha visto..
solo eres parte de sueños
y fantasias
Te pido que estes aqui
pero jamas me haces caso
no hay forma que tu quieras
vivir...
Hace 14 años.
0 comentarios:
Publicar un comentario