domingo, diciembre 28, 2008

Éramos

domingo, diciembre 28, 2008 0
Éramos lo que simplemente queríamos ver;
éramos lo que el mundo pretendía que fuéramos.
Éramos lo que pensamos que podíamos ser;
éramos menos de lo que amábamos ser...

Y jugamos a que el mundo giraba.
Saltamos sobre nuestras palabras.
Corrimos de la mano sin mirar
y confiamos en lo que el otro nos solía entregar...

Nos vendamos los ojos.
Nos atamos los pies.
Nos arrancamos el corazón.
Nos dañamos la piel.
Mas todo era bueno para nosotros
y no sentimos lo que debíamos sentir,
creíamos que teníamos los sueños en nuestras manos.
Y cantamos creyendo tener voz
y gritamos creyendo que nos escuchaban...

Pero el creer no siempre es suficiente
y el confiar ya no sirve.
El soñar sólo dañó nuestras mentes
y el pensar sólo ayudó a mentir...

Luego el mundo dejó de girar;
nuestras fuerzas no nos permitieron continuar;
las manos ya no sentían la piel
y en mi boca ya no nacía la palabra;
de ti ya no creí lo que fui
y junto a mí ya no esperaste más nada...

Nos destruimos simplemente como extraños,
como dos sujetos que se dañan sin mirar,
como dos niños que pierden una jugada,
como dos ancianos que ya no sienten el dolor...

Y tuvimos los sueños entre nuestras manos
y no era yo ni eras tú;
no éramos lo que pudimos ser,
no éramos lo que anhelábamos ver...

Las palabras ya no buscan ser escuchadas
y los pies no quieren el suelo tocar;
mi piel no siente el frío de tus sábanas
y tu cuerpo sólo sabe escurrirse entre oscuras mañanas...

Ya no somos, ni fuimos, ni seremos,
hoy vemos lo que debíamos ver.
Y duele saber que nada era cierto
y duele sentir el vacío en el cuerpo;
duele entender lo que el pasado ocultaba,
duele mirar lo que tus ojos gritaban.

Nunca se entiende cuando los sueños se tienen entre las manos.
Nunca se siente cuando te atan los pies.
Nunca comprendes cuando crees que tu voz es escuchada.
Nunca se ama cuando no hay a quién entender...

miércoles, diciembre 17, 2008

Arriba y abajo

miércoles, diciembre 17, 2008 1
El Caso A de 'Un par de casos para pensar después' llevaba también una pregunta de algo que no mencioné. Ya que el tipejo-confusionoide provocó que surgiera un cuestionamiento a raíz de todo el problema... '¿qué es el amor?' ¡Y quién diablos no se ha hecho esa pregunta alguna vez! Mi amiga me la hizo y causó que terminara vagando pensando en por qué la superioridad masculina y por qué se tiene que teorizar tanto sobre un sentimiento...

Y recordé las tantas conversaciones que he tenido, pero por sobre todo recordé a un personaje de mi vida, quien en sus tiempos de escolar con aires de estrella, era el chico más emomamón (se autodeclaraba 'too sensitive n emotional') que había conocido hasta esos días cuando el jumper era el traje topi de cada día. Su apariencia no pretendía demostrar algo distinto: alto y escuálido, de peinado al más puro estilo alternogay con chaski al lado y todo y camisitas a rayas de cuello gigante y bien ajustadas; su fragilidad asustaba. Hablar con él del amor era como tener un neoneruda, un arjona reprimido o un sanz de lo más sufrido; sin embargo el paso de los años lo fue cambiando y aunque su apariencia puede seguir transmitiendo una fragilidad alarmante -claro que ahora se asemeja más a un kudai disfrazado de rockero- sus convicciones mutaron a un nivel en el que el masoquismo de poeta desubicado en su época se esfumó y se abrió paso a un pseudoweberposmoderno, quitándole toda demagogia a su significado del amor (y emociones en general) dejando al decsubierto un nuevo sentido para él en el que el amor -como la gran mayoría entendemos- no es más que una invención de la sociedad debido a la necesidad del hombre de establecerse y tener una seguridad económica (¡occidente es el culpable de todo!)... So, adiós arjona reprimido, adiós neoneruda, adiós sanz sufrido y ¡bienvenido el progresismo kudaiísta! ¿Amor? Todo se reduce a reacciones químicas, nada más que eso.

Debo aclarar que no tengo ningún juicio al respecto, el pensamiento evolucionado de mi querido personaje no afecta en absoluto lo que yo pueda pensar sobre el 'amor'... Pero de todos modos, hay cosas ciertas, pero aquí no entraré en reparos ni críticas sobre las convenciones sociales, simplemente quiero simplificar en mí la respuesta a esa pregunta tan rejodida de 'qué mierda es el amor'...

¿Y qué es? O ¿cuándo sé que estoy enamorada? (mis agradecimientos pertinentes a mi amiga protagonista del Caso A por recordarme que a veces -sólo a veces- llega a mi cerebro a sonar como un tambor esa interrogante tan repugnante, ¡gracias!) ¿Mi respuesta? Nunca lo voy a saber. Porque .. ¡No tengo la jodida capacidad de meterme dentro del otro (él a veces sí lo puede hacer, claro está) y saber si está o no enamorado de mí (él dentro mío tampoco lo averigua en todo caso), es decir que... ¿Nos queda tener eternamente la duda? ¿Nos corresponden o no? Estas interrogantes sí que nos vuelan la cabeza, inseguridad le llaman también, pero ¿cómo lograr la seguridad 100%? Y aquí volvemos al principio: con amor.. so .. ¿qué es el amor? Great! Es un fuckin' círculo vicioso de preguntas sin respuesta en el que sólo queda cerrar los ojos y fluir... ¿Arriesgado? ¡Diablos!...

Así que, con tanto tocar el tambor en mi mente opté por irme a una plaza para seguir sacando humito de mis neuronas (tanto que las agoto y las mato a las pobres), pero me rendí... Subí a un columpio y comencé a sentir en todo mi cuerpo el vaivén y el viento que como que se acelera mientras el frío en mis piernas me recordaba que cerca de las 9pm es mejor salir abrigada... Y pensé de pronto ¿qué saco con tanto cuestionarme qué es el amor? Y ... mi respuesta fue rotunda: no lo sé, pero mejor lo olvido. Y justo ahí sentí lo que era -por lo menos para mí-: un vaivén, un aceleramiento, un subir y bajar... Para mí, es un columpio.

¿Por qué?

¿Han notado que desde que somos niños nos incentivan a columpiarnos? Si hasta existen columpios especiales con corralito y todo. Así como nos incentivan a la vida en pareja (ya sea de buena o mala forma, lo hacen), al sentir, al crecer y encontrar a alguien y se ponen felices cuando una 'inocentemente' tenía un pololo en el kinder. En el columpio también te van impulsando hasta que aprendes a darte vuelo sola.
Y vas creciendo y muchos juguetes quedan en el olvido, pero siempre que pasas por una plaza llena de juegos corres a ellos y ¡cómo no! te columpias, aunque sea lo último que hagas, pero lo haces. Y así, aunque te avergüences, miras a un niño de tu clase, aunque sea con el último que hables después de toda una época escolar.
Entonces, cuando ya has pasado mucho tiempo columpiándote, te empiezas a atrever... y te columpias de pie, sueltas las manos, saltas y todo lo que se te ocurra -o se les ocurra a los demás, porque sí, querer y estar con alguien también es porque sigues a los demás-.
Pero no todo es tan simple, no se trata de atreverse a realizar distintos 'trucoscolumpísticos'... se necesita práctica, constancia, paciencia, valentía y ayuda. No se trata de llegar y soltarse cuando el columpio va subiendo adelante y saltar, nos podemos romper más de un par de huesos. Así que cuesta y muchos no aprendemos nunca...
En el amor es como algo así, cuando estás en el clímax sientes la necesidad de arriesgarte, de ir 'más allá' o de hacer algo nuevo, pero siempre está la incertidumbre de si caerás bien o no, si la caída será dura o sabrás mantener el equilibrio, so... tenemos dos opciones: arriesgarnos y caer de pie y quedar contentos por el riesgo que corrimos o caer mal, quebrarnos y llorar por no haber pensado en una vuelta más...

Sin embargo, lo que más me hizo recordar el amor fue el cómo nos columpiamos... cómo partimos dándonos vuelo (a veces intentamos que el columpio acelere inmediatamente, otras somos más pacientes o estamos más tranquilos y vamos despacio) o cómo a veces necesitamos que alguien nos empuje (o que nos diga 'dale, juégatela... o alguien nos busca e insiste hasta que tomamos vuelo con él, gracias a él). Luego comienzas a sentir esa sensación de subir y bajar, de ir y venir, de que vas más rápido que lo demás o que el mundo se detuvo para que tú puedas disfrutar tu momento. Y si cierras los ojos, todo es como ligero... Pero, a veces te columpias demasiado y de pronto te aterras porque da la sensación que el columpio dará la vuelta completa (es como que llegaste demasiado lejos o te hicieron llegar demasiado lejos, algo pasó) entonces dejas de darte vuelo y piensas en el mejor modo de parar... So... puedes comenzar a arrastrar los pies en el suelo, pero si es de tierra te ensucias completamente y si es de concreto puedes gastar tus zapatos... del modo que sea el detenerte tiene consecuencias (del modo que busques terminar tendrá consecuencias)... A veces optas, entonces, por dejar que el columpio se detenga solo, aunque a veces demora mucho y se dilata el proceso, pero de este modo puedes tener la opción de que te den ganas de comenzar de nuevo y como un impulso comienzas a columpiarte de nuevo (es como que el problema se soluciona y decides intentarlo de nuevo antes de sufrir las consecuencias del término)... No obstante, sea cual sea el proceso, tengas los impulsos que tengas o las ganas que sean, llega un minuto en que debes bajarte del columpio... No podrás estar para siempre (el amor tampoco es para siempre).

¿Y cuándo te bajas? El malestar puede invadirte, el mareo por tanto vaivén, el polvo que pudo ensuciarte (el otro también lo puede hacer algunas veces) y prefieres que pase un tiempo para subirte de nuevo...

¿Y es que el amor no se asemeja?

Un par de casos para pensar después

De pronto un cúmulo de ideas vuelan mi cabeza, pero ideas con furia...

Pasa lo siguiente: no comprendo esa superioridad inherente del sexo masculino, no sé si fue gracias a Freud que tanto los enalteció o de si como dijeron Los Prisioneros, Dios también es hombre. Trato de entenderlos, pero me cuesta. Pasa que cuando comienzo a creer que alguien es distinto, ¡paf! sale una bestia de ellos y gracias... next! Ahora bien, no quiero sonar resentida, sé que muchos no son así (aunque conozca a muy pocos y la mayoría gays, pero existen) pero, ¡demonios! ¿Por qué tengo que estar constantemente escuchando las historias de amigas que son basureadas, pisoteadas e insultadas por nuestros machos recios de esta rejodida sociedad? ¿Es que a caso todas tenemos como un karma súper ultra del terror que atraemos a todos los basuritas del mundo? Espero que no, espero que en un futuro (cercano o lejano, ¡me vale! pero futuro) sean distintas las cosas... Pero hasta ahora lamentablemente me queda simplemente seguir pensando que sus neuronas están en sus gónadas y su cerebro está repleto de semen, so sorry por mis arranques feministas, pero cada vez me reafirman más esto.

Tenemos el siguiente caso, al cual le pondremos Caso A, en el que una amiga se enamora de un tipejo (que en el principio y por muchos meses es el príncipe azul) que presenta serios trastornos emocionales en los que a veces quiere y otras no, estar con ella. Perfect! O sea que ahora nosotras debemos ser el tubo de escape para las reacciones inmaduras de los hombres que no saben lo que quieren y ... ok... los comprendo... quién no ha sufrido fuertes confusiones en su vida, tendríamos que ser asexuados e irracionales para no tenerlas, pero somos todo lo contrario (gracias queridísima evolución que nos privilegiaste). So... el tipejo de nuestro Caso A nunca sabía bien lo que quería, pero mi amiga siempre estuvo ahí, siempre fiel, siempre amando... y mucho mucho. Hasta que después de un buen tiempo nuestro tipejo-confusionoide decidió por 'tener su espacio y libertad' (so sweet!) así que mi tan buena amiga quedó sola y desolada y ¡cómo no! si lo amaba. Y se mantuvo junto a él y permitió las mil recaídas clásicas del post-quiebre (tan melodramáticas pero tan satisfactorias, uf!)... Hasta que un día y gracias a sus habilidades de indagación que tan bien conocemos las féminas inseguras e intrigadas, descubrió que el tipejo-confusionoide la tenía más bien como un 'cacho'. So... en esas múltiples reacciones 99,9% de impulso y 0,1% de raciocinio, se guardó todo su amor y le escupió que el amor se había esfumado (una mentira, claro está.. si somos tan buenas para mantener el sentimiento vivo quién mierda sabe por qué). ¿Qué creen que sintió el tipejo-confusionoide? ... PUES ¡CLARO! El hombre sintió retorcer sus entrañas, su tan segura fémina enamorada se rebeló frente a él y era hora de dar un paso al lado. Así, pasó el tiempo y mi amiga se refugió en sus amigos y ¿por qué no? tuvo un acercamiento más significativo con uno de ellos, pero nada como para ponerse los anillos de compromiso ni hacer que yo tuviera que ir por un par de zapatos y un vestido bien topi para no desteñir en la fiesta... ¡Para nada! Algo normal, lógico y válido y, en lo absoluto, malo. Pero nuestro tipejo-confusionoide volvió y con el orgullo de macho alfa por el suelo le dio vuelta el mundo que mi amiga estaba tratando de reconstruir. Un mundo en el que comenzó a pensar primero en ella, en el que nov io ningún tipo de relación con nadie, en el que solo estaba su confusión, sus ganas de disiparla y sus proyectos personales... ¿algo de malo en esto? Para el tipejo-confusionoide fue devastador y se dedica a dañarla... es 'la peor mujer del mundo' prácticamente y todo lo que él hizo antes queda anulado, porque la culpa es de ella, la mujer.
Fin de Caso A, usted puede reflexionar y concluir lo que quiera.

Muy bien, ahora tenemos un Caso B en el que nuevamente una mujer se 'engancha' de un tipejo. Esta mujer será la bipresiva y el tipejo el polipolar. ¿Linda mezcla? Obvio que no. Pero la bipresiva es porfiada, siempre lo fue y probablemente nunca cambie. So... conoció al tipejo-polipolar casualmente y en poco tiempo se sintió atrapada (habrá sido la polipolaridad?i dont think so) y sólo un par de encuentros nocturnos bastaron para que la fémina-bipresiva quisiera ser protegida por alguien que, sinceramente, no conocía... Así que sorpresivamente un día se vio pisoteada y basureada por él a razón de ...¡nada! El tipejo-polipolar demostró toda su inestabilidad e inmadurez emocional con frases tan célebres como 'no me webees', 'me estás puro webeando', 'no estoy para el webeo de nadie' ... great! un aplauso para los sucesos e insultos inesperados, porque la fémina-bipresiva jamás entendió el por qué de esas tan vacías palabras, creó hipótesis y se torturó y no logro comprender el motivo del cambio de actitud del tipejo que ella ya casi veneraba (¡qué estupidez!) ... Pasó el tiempo y sin importarle a nuestra fémina el significado de dignidad o amor propio siguió buscándolo (ahora sí merecía un ¡déjate de webear!) hasta que tanta insistencia tuvo como resultado una amistad un tanto frágil, porque aún no se puede hablar de amistad en todo su esplendor y momentos agradables, pero... sin duda... nuestra fémina-bipresiva aún siente un nudo en el estómago... pero, claro que el tipejo no lo sabe o si no, arruinaría todo. Es decir, la mujer se reprime para por lo menos tener un tipo de acercamiento con el tipo que le gusta. ¿Qué absurdo no?

Pero si tenemos dos casos que llegan prácticamente al mismo punto de cierto rechazo pero a la vez sometimiento al sujeto que nos atrapa, tenemos que tener la excepción así que brevemente plantearé el Caso C, el que es como cuentito de hadas old school (porque los de ahora me dan como miedo, no sé por qué) en el que mi amiga la mujer gigante se enamoró del tipo (sin el 'ejo') que después de un sufrimiento encontró en mi amiga el amor reconfortante, acogedor y sincero y hasta el día de hoy llevan un tiempo juntos y no planean ni demuestran un mínimo atisbo de un posible término, así que aquí, hombre y mujer están igualmente cagados por amor. So cute!


Los casos A y B hicieron que comenzara a cuestionarme un poco todo lo que vomité al principio. No creo que cambie la situación, creo que mi amiga y la fémina bipresiva seguirán en su estado actual porque no sé si por masoquismo o por amor les da un pánico (que no reconocen) el desligarse de sus amchos alfa que tanto las aporrean con puras palabras. Digamos que es un femicidio verbal inminente y ellas parecieran estar dispuestas a vivirlo, con la ilusión (inocente quizás) de renacer o reencarnarse en mujeres con mejor suerte o si no, seamos lesbianas chicas, así quizás encontramos algo mejor (y pasamos a un sex shop por nuestros dildos tan necesarios, ¿sin pico? qué vacía sería la vida).

domingo, diciembre 14, 2008

domingo, diciembre 14, 2008 0
Últimamente ni siquiera puedo escribir. Es terrible. Mi único y gran desahogo, está escapando de mí. Tal vez, lo exploté demasiado. Tal vez, lo olvidé por mucho tiempo.


No sé.

jueves, septiembre 25, 2008

Un enredo

jueves, septiembre 25, 2008 0
Veamos, tenemos esta situación: un grupo X coformado por los personajes 1, 2, 3... 'n' (son muchos) ... Y, resulta que entre ellos han habido distintos pololeos, rupturas, engaños, salidas del closet, riñas pendejas otras bastante serias y muchas cosas más... Toda una teleserie mexicana de culto. Unos llegan otros se van, otros vuelven, otros siempre están.
Claro, está la tipa que es la 'protegida', está la que llegó tarde pero se los ganó a todos igual, están las sensatas, están los tipos mentirosos, los gays, los no-asumidos, los muy-asumidos, los infieles, los mamones... Están los locos, la loca, los criticados, los descuerados... Toda una gama de personajes.
Y bien, como teleserie, lógicamente hay un sinfín de melodrama, entre ellos el tan detestado "me meto con uno y otro" ... Es increíble, casi para guión de película yankee con actores emergentes y un presupuesto nefasto, pero que es tan mala que termina siendo taquilla en los países tercermundistas. So... el tipo mentiroso se mete con la loca, después el infiel con la loca y la protegida y después con la aparecida, y la que se los ganó a todos prueba con el no-asumido, luego con el otro infiel y termina con el mamón. El tipo rudo de nuevo con la protegida y también con la horny. Y los aparecidos circunstanciales también se meten con la loca y con la experta en ganarse a los demás y sí, también con la protegida... Y así y así, hasta que es un círculo vicioso en que Sodoma y Gomorra queda ciertamente enano, ¡pero! Todos hacen como si nada, aunque el teatro jamás será su fuerte.
Y, entonces, comienzan las artimañas... Y uno le miente a otro y a otro y el otro también lo hace para que el 'ex' de uno no se entere, para que la 'ex' de otro tampoco se entere, pero terceros saben y todos mienten, ocultan, cahuinean (y de qué manera!), rumorean, se ríen, lloran, se burlan, se compadecen y todo, a espaldas... Y ¿por qué? ¡Porque somos todos amigos! Aunque usted no lo crea.


Y yo, tampoco.


Ahora, de ser película probablemente la experta en... (bla bla) se convierta en zombie, el mentiroso matará con una sierra, la protegida se suicidará y la loca matará al infiel. Finalmente, el mamón se queda solo y conoce a una mamona que nunca supo de esas cosas, pero la experta se pondrá celosa, se la come y el mamón se vuelve loco. Termina el filme con la cara desquiciada del mamón y unas letritas al inferior derecho de la pantalla que dirá "él los matará a todos..." Así gozaremos después de un tiempo de la repugnancia de una secuela... ¡Del terror!

lunes, septiembre 15, 2008

A sentir...

lunes, septiembre 15, 2008 1
- Pero.. ¿será buen mino?
- mmm...

Eso me preguntó una amiga, ella lleva ya 4 años con un tipo (que también fue muy amigo mío), cuatro años en que me ha conocido dos hombres 'estables' y muchos -muchos- otros de por ahí de por acá... aquellos de borracheras imborrables y de situaciones casuales. Todo un prontuario. Y ahí está, preocupada de que en mi soltería largamente ininterrumpida con un cuadro de vulnerabilidad digamos que.. alarmante, no vaya yo a caer en manos del 'equivocado' (¡qué temida situación!).

Pero... qué pasa si cada vez que comienzo a sentir algo me pregunto ¿serça buen tipo? Y es claro, siempre está el 50 y 50 de probabilidad (suelo cargarme al 50 que resulta ser una mierda de hombre), pero ¡diablos! No puedo limitarme de semejante modo.. Ok, puede que nuevamente me esté engañando o apresurando o cegando, pero qué fome sería restringirme por 'miedo a...' Ya ha sido suficiente. Si sufro, ok, sufriré. Y ¿si no? Wow! sería perfecto (en mi sentido de perfección, lógico... no esa similar a lo 'divino'). So... qué mierda importa si no es buen tipo? Acaso yo soy la 'buena' tipa? Ni al caso!

Así qué... aquí vamos de nuevo, con un corazón bien manoseado y estropeado, bien abandonado y agotado, pero que late ... tum tum tum... late fuerte! Y yo... yo me tiro un clavado a la corriente, esta vez puede que sepa nadar en ella y si no... no creo que me ahogue tampoco, para qué tan fatídica.

Y me gusta el 'no-quizás-buen-tipo'... yujuuuuu !

lunes, julio 21, 2008

No fui yo

lunes, julio 21, 2008 0
No fui yo.
No dejé de cantar, sólo cerré los labios para disfrutar mejor.
No dejé de oír, sólo puse mis manos a un costado de mi cabeza para escapar.
No dejé de ver, sólo cerré mis ojos para sentir intenso, más intenso.

No fui yo.
Fue la suerte imperturbable que se olvidó de mí.
Fue el reflejo del cristal roto.
Fue el suspiro de quien calla por siempre, siempre.

No fui yo.
Simplemente olvidaron las lecciones.
Simplemente olvidaron mis alas y el tiempo.
Simplemente vivieron egoístamente sin ver(me).

No fui yo.
Porque mis manos estaban atadas.
Porque mi aliento fue quemado.
Porque mis palabras las enturbiaron.

No fui yo.
Nunca sabré quién fue.
Siempre diré quién no.
Por segundos eternos lo gritaré, gritaré.


Y yo, sin voz, con la boca seca.
Y yo, sin manos, con una herida aún abierta.
Y yo, sin oídos, con el zumbido siempre exasperante.

No culparé, ni me culparé...
Porque no fui yo.
No dejé de cantar, de gritar, de escuchar.
Sólo dejé de recordar.
Mis pies atados, seca la boca, los puños sangrando.
Saltaré, iré, volaré.
sin alas, sin manos, sin voz.

No fui yo.
Ni tú, ni nadie.

Abrí los ojos y seguí sintiendo intenso, más intenso.
Y escapé, porque no fui yo.

jueves, junio 19, 2008

Tres días, doscientos, trescientos

jueves, junio 19, 2008 0

No conocían el amor, el olvido, el odio, el dolor y la felicidad.

Pasaron los años sin cantar dormidos, sin llorar sonriendo.

Se encontraron en plena luz del día con la luna alumbrándolos.

Se encontraron en medio de la nada mientras el silencio se rompía con la respiración agitada.

Se encontraron simplemente con una estrella en la mano y un reflejo en los labios.

No percibieron futuros ni desconsuelos.

El mundo —pensaron— se había detenido, el mundo —creyeron— los quiso ayudar.

Todo estaba errado, equívoco, fuera de lugar.

Todo y nada se unieron en pedazos. Un todo lleno de rencores, un nada vacío de amor.

Stop.

La historia se ha apresurado. Hubo momentos felices, hubo un todo de amor y nada de odio.

Doscientos setenta días y más, esos gustaron. Quizás los últimos quince abrieron las puertas al trabajo angustiantes de los ojos vidriosos y esas gotas tremendas que queman la piel, cayeron por siete días seguidos.

Resumamos: en doscientos setenta y más, menos los siete y los quince, todos se resumen en tres:

Día uno. El encantamiento pleno, las sonrisas sobreabundantes, la ternura y también (¿por qué no?) cada tres horas una discusión, pero que terminaba en abrazos asfixiantes y susurros de te amos en el oído… Allí, donde todo se olvida.

Día dos: los problemas son cada treinta minutos, pero el oído sigue allí, escuchando los perdones y te amos, las promesas y los recuerdos. Un todo confuso, un todo lleno de emociones y un nada de cumplimientos… Sin embargo, el día dos los ha llevado a sentirse más cerca, aún más cerca, tanto que pueden conocer hasta el más mínimo detalle. Tanto que son uno, por sobre todo y nada.

Día tres: el nada de cumplimientos sobrepasó al todo de emociones. El “uno” se ha ido perdiendo y vuelven a los orígenes de sí mismos, preguntándose si los dos días eran suficientes. Ya anochece en el día tres… El aire está muy frío y golpea los rostros pálidos y preocupados.

Las manos tiemblan y sin importar el frío, sudan con temor, anunciando la muerte inevitable del día tres, que con su noche sin estrellas, les gritó implacablemente: “¡dos días eran suficientes!”.

Tiemblan y tiemblan en las oscuras calles solitarias, solamente son ellos y un todo de frío y un nada de cielo.

Un sonido a lo lejos, alguien se irá. Se toman las manos sin decir palabra, se miran con el dolor punzante de lo que acaba, del miedo a extrañarse o arrepentirse; de los doscientos setenta días y más que ahora no logran ver la luna… Y se preguntan de reojo, “¿cómo pudimos ser alumbrados con luz de luna a pleno sol? ¿Por qué lo hemos olvidado?”… Pero el día tres quiere terminar y el frío aumenta; el temblor enmudece y sus labios se sellan; el sonido a lo lejos ahora ensordece… Y la despedida, la cruel despedida, en una frente que no espera esperanzas, unos labios secos que anhelan perdón.

Es un adiós entrecortado, con palabras que no quieren ser escuchadas, con los ojos rojos, con un todo de tristeza y un nada de ilusión.

La calle está solitaria y ahora camina solo uno de ellos, uno siendo simplemente uno, buscando respuestas que ni en mil días llegarán.

Los doscientos setenta días y más se han acabado, pero este es el comienzo de lo que en trescientos días más olvidarán.

Y conocieron el amor, el odio, el dolor y la felicidad, pero seguían negándose a conocer el olvido.

Cantaron dormidos, lloraron sonriendo, navegaron en mares de plástico, volaron en cielos de fuego.

Era un todo para ellos y un nada no descubierto.

Ahora no hay todo, no hay nada. Hay dos caminos desunidos imposibles de reencontrarse.

Imposible de sentir el cálido frío.

Creo que se ha perdido el ritmo, la redacción está destinada a sucumbir. Hemos fenecido.

Tres días y más que ojalá conozcan el olvido.

Y gritarán, en algún momento, que ese no era el tiempo correcto, que había desenfoque, que no estuvo bien.

miércoles, junio 18, 2008

Stop Crying Your Heart Out

miércoles, junio 18, 2008 0
"Hold up... hold on... don't be scared
You'll never change what's been and gone
May your smile... Shine on... Don't be scared
Your destiny may keep you warm..."

No sé cómo definir qué provoca realmente esta canción en mí.
Recuerdo aquel frío mes de agosto del 2006 en el que en mi fotolog (jodido fotolog por cierto) la escribí en el pie de foto; una foto que subí la noche en que llegué a mi casa ayudada por unas señoras, porque en mitad del trayecto me desmayé en la micro y nunca supe por qué. Lo curioso es que en dirección contraria y más o menos a la misma hora, mi amiga también se desmayó. Esa tarde estuvimos compartiendo un par de cigarros y unos litros de cervezas en un local en Bellavista.
El dato más curioso es que ese día ella me presentó a unos compañeros (y yo le presenté a una amiga que por cosas que no importan ahora, no tenían muchas ganas de concoer la una a la otra), entre ellos uno me llamó la atención. Su forma de ser era un tanto agresiva, pero dejaba entrever una ternura peculiar. Su sonrisa me quedó grabada.
Y por el flujo extraño de la vida, lo conocí. Lo conocí al punto de enamorarme de él.
Aquella tarde que me lo presentaron yo estab destrozada, yo sólo escuchaba oasis para calmar mi angustia y "stop crying your heart out", curiosamente me alivió.
Riempo después, mucho tiempo después, cuando aquel chico agresivo se había ganado los sentimientos más profundos de mí, él me sorprendió.
Me la dedicó.
Me la escribió.
La escuchamos juntos en nuestro lugar.
Y lloré.
Ya no de un alivio de angustia.
Lloré por lo impredecible.
Por él.
Por mí.
Por como una canción puede marcarte tanto y puede conectar.

Hoy la he vuelto a escuchar.
Hoy no lloro, ni me angustio, ni me alivia.
Hoy me recuerdo, lo lindo de una etapa, lo horrible de otra, cómo se conectaron y cómo se rechazaron la una con la otra.
Hoy puedo decir que me sé casi toda la letra aunque mi inglés sea deplorable.
Hoy dejé de lado a Oasis, pero esta canción continúa en mí.
Hoy, sé que no tendrás idea de esto, porque todo esto lo guardé sólo para mí y para mi tarrito que guarda en carpeta tantos recuerdos, y entre ellas está aquella que nunca quise borrar.


Hoy, mejor le pongo stop. Ya es demasiado tarde.

sábado, junio 14, 2008

Yo siempre duermo en un rincón

sábado, junio 14, 2008 0
Fue la última noche en ese lugar.
Tiempo atrás había prometido que jamás volvería...
Volví.
Volví para exigirle (cpn gritos ahogados en una putrefacción de sentimientos) que me mirara a los ojos (tanto tanto que no lo hacía), que me vomitara su odio y ... que sin caretas... me cogiera.
Sí, que lo hiciera.
Sí, que estuviera en mí como su última vez.
Como "la vez".
Aquella vez en que su piel fue repulsiva, que los besos se segregaron y sólo fueron invitadas a la función las caricias torpes... agresivas.
El silencio apagado con gemidos de rencores... de rechazo.
La noche en que me vestí de prostituta y él de cuerpo sin alma y aires de perfección. Su egocentrismo calaba mis sentidos.
No hubo romance ¡oh, no! Eso es para enamorados (o falsos enamorados). Para nosotros (si es que me permito decir "nosotros") sólo había espacio en el orgullo. No hubo palabras. No hubo miradas. Sólo hubo el ruido perturbante de un respaldo que golpea la pared y los cinturones que no querían abrir.
Hubo el no-orgasmo y el no-seguir.
Antes, mucho antes, hubiera sido una noche para dormir acurrucados, para no sentir frío pese a ser un invierno devastador, para no molestarse, para quererse, para sonreír atontados bajo una nube cargada de sudores evaporados y temblores felices.
"La vez" fue para darse cuenta que ni el sexo podía unirnos, que el odio se encarnó en malos movimientos, en no-acertamientos.
La cama --la que tantas noches y horas eternas fue "nuestra"--, nos acogió como a dos niños sin amparo; como a dos extraños que no pudieron sostener una conversación; como a dos exhaustos ex-amantes que ya no comprendían el idioma que para ellos mismos habían inventado (lo olvidaron entre insultos y malos tratos); como a dos incómodos silenciosos que solamente buscaban conciliar el sueño, después de un fallido encuentro brutal de sus cuerpos (¡y qué brutal!).
La cama convirtió en abismo su centro mientras su espalda y mi espalda se enfrentaban. Uno en una orilla y el otro en un rincón.
Esa noche, esa vez, "la vez", prometí no volver.
Esa noche, esa vez, ni siquiera me cedió el rincón.



jueves, mayo 22, 2008

Para un freakcumpleaños

jueves, mayo 22, 2008 0



Ella es única.
Es una de esas personas en extinción que sobrevivió al atque infame de una generación sin sentido, aquellos que se denominaban rebeldes y todos buscaban su identidad en base a grupos musicales, dibujos animados, películas, telseries o la serie del momento.
Fue la persona que se mantuvo luego de la explosión de sinsabores de una generación que no logró encontrar identidad, que mezclaron colores y sin rumbo fijo terminaron acopladas a un mundo inmerso en un sistema lleno de productos en serie: las personas en sí eran un producto en serie. Tal cual lo siguen siendo hoy.
Pero ella es distinta, ella siempre fue distinta.
Su gusto por Libido o Canal Magdalena rayaban incluso en lo absurdo, mientras todos gozaban con la masificación del punkrock o memorizaban el último hit axé del momento, ella disfrutaba con Glup! y su amor desmedido por el Koko. Varsácula no se quedaba atrás, y qué decir de Sergio Lagos. Ella era una de las pocas que veían Panoramix y se deleitaba con las coreografías de Manikí.
Ella siempre fue única. El teatro es su vida, siempre quise verla en él. No hay actriz como ella. Para mí, es una ídola, un modelo a seguir.
Sus amores eran platónicos y las estrellas eran su inspiración (tal vez por eso ama a El Principito).
Ella es un mundo único en una persona, siempre con el pelo distinto, con ropa creada por ella, combinaciones propias, su propia moda.
Su inteligencia es increíble y así es aún más única, puesto que le cuesta creer en su capacidad...
Ella es una de mis primeras amigas en el Liceo 7.
Ella fue quien me escribió un cuento de hadas en una carta de cumpleaños y que también me regaló un mini-librito artesanal con fotos de Alejandro Sanz y con frases que me marcaron siempre.
Ella me dijo que la vida no es tan trágica como yo creía y que mis problemas debía ocuparlos para cuando fuera dramaturga y necesitara de mi memoria emotiva para crear.
Ella me mostró otro mundo, el de su interior, en que todo era posible, vivir era ser feliz, pese a todo. De ella aprendí mucho y de ella quiero aprender más.

Una de mis primeras amigas, y una de aquellas que aunque el tiempo pase y nos veamos tarde mal y nunca, ella seguirá siempre ahí.

Ella es Susana Angélica de la Fuente Ruiz.
Yo la quiero freakmente, porque es el único modo de quererla.
Ella cumple 20 años y yo sólo quiero desearle que su freak mundo
nunca deje de ser así.

Te quiero mucho Sú !
Te mereces todo.



Y bueno, el día de hoy ella no es actriz ni yo soy dramaturga, pero hay cosas que no cambian. Sé que en su corazón siempre estará ese talento actoril y sé que yo siempre querré ser la dramaturga que le escriba su guión.
Ahora, el libreto sólo se construye en la vida real y quiero que en todos los Actos de mi vida tú estés presente, tal vez pasen muchas escenas entremedio sin tí, pero en cada Acto estarás.
Ya pasamos un Acto, estamos en el segundo.
Algún día te diré: amiga, tercer acto, que continúe la función.

[...]


*Escrito originalmente el 07 de Septiembre de 2007 .

miércoles, mayo 21, 2008

A veces el tiempo resiste

miércoles, mayo 21, 2008 0
A veces el tiempo resiste y el cielo se vuelve de madera.
Miramos y no encontramos el azul típico, ni las nubes, ni soles, ni estrellas.

A veces el tempo resiste, en vez de luna vemos un foco.
Miramos y no encontramos el nublado típico, ni los rayos, ni relámpagos.
A veces el tiempo resiste y seguimos aquí juntos sin creerlo y sin esperarlo.

Aveces el absurdo puede más que la lógica,
pues deberíamos odiarnos, mas nos amamos.
Pues deberían haber sido minutos para decidir el dejar de avanzar
pero han sido años en los que hemos continuado en pie y sin pensar.

A veces un golpe no significa falta de amor, a veces la bofetada la da nuestra idiotez.
A veces creemos que nos han ofendido y han sido nuestras propias palabras
las que se han vuelto hacia nosotros y nos han hecho vomitar.
A veces creemos que hemos caído en la locura y la verdad es que
simplemente hemos dejado de soñar en una pieza oscura.

A veces, es mejor la madera que el típico azul.
A veces sirve más un foco que una luna.

De todos modos siempre volvemos a mirar el cielo y vemos el sol,
depende de uno mismo qué es lo que se quiere ver:
si estar encerrados y ver un cielo de madera
o ser libres y deleitarnos con las estrellas.

A veces el tiempo resiste y no somos más que nosotros mismos.










Dialogue of the insects,
Joan Miró.
1925

lunes, marzo 31, 2008

la mano ajena .

lunes, marzo 31, 2008 0


Un día se acercó a mí sin que yo se lo pidiera, ni siquiera con los ojos; eran esos tiempos en que mis ojos estaban nublados y una cortina de hierro cubría mi rostro, pero viniste. Casi insolentemente escarbaste en cada uno de los rincones imposibles de encontrar algo y sacaste brillo a cada uno de mis sentimientos ya oxidados, me reviviste. Pero tú, tan grande y pequeña a la vez (que finalmente me conmoviste al punto de no querer que te alejaras) me imploraste en silencio por una ayuda, una mano-amiga, una mano-cómplice... un levantarte y un quererte, y sin cuestionamientos ni miedos ni objeciones, me convertí en hormiga para trabajar del mejor modo, y desde la tierra (tan pequeña yo) comencé a construir lo que para ti fuesen alas, alas para que el cielo conociera tu resplandeciente corazón, ese que se desbordaba por cada poro... sentía que el sol no podía quemarte y que la luna no te envidiaría, tú pertenecías al vuelo más alto y eterno y yo, desde la tierra, anhelaba que cuando estuvieran terminadas me llevaras en ellas...

Sin embargo, creo que fallé en algunas partes, parece (sin darme cuenta) que me equivoqué en los planos que había diseñado para que las alas fueran perfectas, invencibles... las más fuertes. Me equivoqué y me costó la vida (esa que tú me diste). Y tu mirada se fue perdiendo, como desilusionada porque ansiabas tus alas y ahora las veías imperfectas, no era la promesa cumplida, era una de tantas que quedaron por cumplir, sin esperanzas tal vez.

Un día... se alejó de mí sin que se lo pidiera, pero quizás mis ojos estaban muy desnudos al mundo y aquello que me frustraba por dentro lo veía hasta el ser más diminuto y ciego del universo. Y no hubo respuestas... hubo lágrimas que desgarraron, hubo indiferencia... desesperación quizás, orgullo por todos lados y un abrupto final que me dejó impávida frente al mundo que aceleró su curso y me desprendió de él.

Un día, con las alas fabricadas bajo el brazo y volviendo a ser humana otra vez (la hormiguita fue aplastada por un gigante) me acerqué sin que me lo pidiera, a un extraño personaje, de lentes oscuros y pelo enmarañado, piel reseca y dientes amarillos. Con un cigarro entre los labios y un pañuelo sucio me dijo: no hagas nada; la carta no alcanzó a ver las luces y la mano ajena la arrebató, la mano del extraño personaje, la mano como cómplice, como ocultando y escapando. Y ya no supe más...

Quisiera ser hormiga.

Un día, vi su mirada, tan distinta ya... como de otra persona. Todo ha cambiado al parecer, es como si el mundo en su acelerado correr olvidó gritarme que los años pasarían más rápido pero que yo seguiría allí, esperando colgarme de él como si no perteneciera.

Ya no veo miradas y las alas las guardé en el último cajón, ahí donde las telarañas suman y suman y el polvo no tiene problemas en estancarse; ahí donde el miedo me invade cuando quiero revivir algo, así que lo evito eternamente... si fuera hormiga una araña me comería.

Y ya no cuento días ni historias ni alas ni vuelos eternos ni soles ni lunas... las canciones que tenían significado las eliminé y boté aquellos discos. Y tal como el símbolo multicolor que en la única noche feliz, se rompió... yo comprendí, que la carta arrebatada fue la primera señal de lo que tenía que dejar de vivir....

Sé que vuelas porque otras hormiguitas se dedicaron a fabricarte las mejores alas, las mías las guardaré en el último cajón y quizás algún día, pueda sacarlas y convertirme en hormiga y repararlas para que me lleven en un vuelo, en el cual... difícilmente, te vea.

Las palabras que algún día pude decir, hoy las guardo cobardemente entre mis dientes, y aunque sienta que el silencio me hará explotar, sé que es lo mejor, que ya no hay para qué hablar.
(...)

viernes, marzo 07, 2008

Ayer, Hoy y Mañana*

viernes, marzo 07, 2008 0

Me dí un par de vueltas por la casa, estaba todo oscuro, el golpe de la lluvia en las ventanas perturbaba un poco mis pensamientos, pero después de unas vueltas se hicieron parte de mi mente y sin siquiera notarlo, la lluvia, el ruido de los truenos, mi cabeza y los pensamientos eran uno solo.
El mate estaba listo y la música comenzó a sonar... el tracklist ya estaba programado y la luz tenue de mi lámpara marcó el paso a la pronta meditación que venía desde hace algunas noches revoloteando en mi interior.
De pronto mis ojos se cerraron casi por milagro --la yerba suele despertarme, pero esta vez fue distinto-- y se presentó ante mí una escena que muchas veces la había soñado, pero que nunca pude escuchar lo que secedía, sólo vislumbraba el movimiento y las miradas desconcertadas de los personajes. Eras tú, frente a mí, como reprochándome algo, como reprimiéndome, como exigiéndome... Y era yo, como refutándote, como encarándote, como despidiéndote...
Tantos años habían pasado ya; tú estabas más hombre --o menos niño, tal vez--; yo estaba más segura --o menos temerosa, quizás--. Tus ojos transmitían menos, eran más misterio que sensibilidad; tu rostro era más duro, más marcas iban permaneciendo; tu pelo estaba más descuidado y tu andar era distinto; aquel tipo que enfrentaba al mundo con una libertad imperturbable, se había esfumado, en su reemplazó llegó frente a mí un hombre con aires de grandeza y madurez, pero más tímido y cobarde; más desorientado, pero implacable. Eras, en sí, una contradicción; para mí, la eterna contradicción.
Me miraste fijamente, pero era como si no vieras nada. Buscabas en mí migajas de un ayer olvidado, rencoroso. No existe, te dije y te exasperaste. Era imposible, para tí. Debía existir, pero no.
Supiste que mi vida estaba tornándose arcoiris y apretaste los puños como esperando que mis palabras dieran paso a un eterno recordar, a promesas incumplidas y palabras estériles en las que sólo tú encontrabas sentidos y significados, en las que yo sólo encontraba una niña desesperada y sin esencia. Me la habías usurpado. Pero parte de ella había escapado a lo más recóndito de mi ser y había escapado a tu mano violenta e inescrupulosa. Estaba aquí, sobrevivió al ataque infinito de tormenta gris.
Quisiste decir algo, mas tus labios permanecían estáticos ante mis ojos. Después de un par de minutos lograste hablar. "No comprendo tu mirada, no comprendo tu color". ¿Y es que siempre debías comprenderme? Años luz habían sucumbido ya, luego de reencarnaciones ya no podías comprender más. "Has cambiado", y aquella frase la escuché con cierto ardor en mis oídos. Tenía rabia, no fue un cambio, simplemente volví a ser yo, ese yo usurpado regresó.
Quizás, muchos años luz sucumbidos y reencarnaciones debas sufrir para comprender, pero traté de explicarlo de un modo más simple --según yo--. Es simple, repetí.
En mi esencia siempre existió la no-proyección, el no-futuro, los no-sueños. Pero un día un sujeto con una mano de ángel y con otra de demonio, vino y comenzó a moldearme, tomó uno y cada uno de mis defectos y los moldeó para sí mismo; tomó una y cada una de mis virtudes y las moldeó para sí mismo; tomó parte y sólo parte de mi esencia y sopló y sopló y en su lugar puso aquella moldeada por sí mismo. Asi nació una niña muy niña, temerosa e insegura, que comenzó a crear castillos en las nubes, que se inventó princesa y que imaginó príncipes azules y rojos y verdes y de cuántos colores se le vinieran a la cabeza; la niña tuvo sueños y proyecciones y veía futuros y olvidó el ayer. Vivió en el mañana lejano, el mañana intocable y dejó atrás el ayer inmediato, el ayer que te crea, el ayer que te da vida. Y olvidó el hoy invaluable, el hoy que te da vida, el hoy en que respiras y creas todo cuanto existe en ti y en tu alrededor. El mañana lejano se convirtió en presente y el ayer inmediato se transformó en enemigo, el hoy invaluable simplemente pasó a ser un fantasma, a veces --incluso-- un estorbo. Gran Error.
Sin embargo, los castillos se cayeron y las nubes se desvanecieron, y aquel mañana lejano perdió su ímpetu y vino una tormenta gris, luego una negra, luego otra vez gris y luego cesó. Pasaron largos días como años luz y la niña ya no era tan niña, y el temor ya no era tan temor. Comprendió.
Aquel ayer inmediato lo retomó, lo hizo parte de su vida, convivió con él. El mañana lejano lo devolvió a su lugar, simplemente en su lejanía, aquella lejanía impredecible y desconocida. Tomó el hoy invaluable y lo disfrutó, y sonrió.
La niña ahora entiende todo muy bien y vuelve a su esencia. ¿Qué somos sin ayeres? Absolutamente nada. Una mujer sin ayer, es como una mariposa sin haber sido oruga, imposible.
Esa es mi esencia, eso no comprendiste.
Mi vida pertenece a su ayer, ayer al que tú también perteneces. Por el ayer vivo este hoy. Y este hoy no puedo no vivirlo, desperdiciándolo en un mañana lejano, lo vivo así, tal como es; despierto y soy feliz por saber que es mi HOY, que existe porque tuve un AYER, y que el mañana es inesperado. Claramente, sigo pensando que mi mañana lejano depende de mi ayer inmediato y de mi hoy invaluable, pero no por ello viviré en la lejanía. Mis proyecciones de ensueños continúan, pero no vivo desviviéndome por la lejanía, vivo mirando hacia el horizonte que me muestra mi ayer, el cual me hace la mujer que vive el hoy, que deja que todo fluya en su curso creado por ayeres y hoys y que en la lejanía, un mañana tendrá ese mismo destino creado por mí, pasando a ser un hoy invaluable y, después, un ayer inmediato o un ayer lejano, al fin y al cabo, ayer, hoy y mañana son invaluables, pero... no se compara mi ayer y mi hoy con nada. Porque son resultado, causa y efecto totales de mí, de mi esencia y de lo que quiero y elijo vivir.

No dijiste nada, permaneciste impávido, tus puños se soltaron. Abriste la puerta sin mirar atrás.
Pero yo sé que mañana volverás para reprocharme todo, siempre es así. Es habitual ...
 
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